Una tarde de lluvia con Santana
Lucía mira por la ventana y dice:
—Esta canción me recuerda a cuando iba en el coche con mi padre. Siempre ponía Santana los domingos, camino al pueblo.
Marcos sonríe:
—Yo la escuchaba en el cuarto de mi hermano mayor. Me colaba cuando él no estaba y me ponía sus discos. Me sentía rebelde solo por eso.
Carla se ríe:
—¿Os acordáis cuando intentamos formar una banda en el instituto? No sabíamos tocar nada, pero teníamos nombre y logo.
Diego asiente:
—Y camiseta. Yo aún la tengo guardada. Era horrible, pero nos hacía sentir importantes.
Álex se estira en el sofá:
—Para mí Santana siempre ha sido música de tardes tranquilas. Me ayudaba a desconectar cuando todo se sentía demasiado.
La música sigue sonando. Nadie habla por un momento. Solo se escucha la lluvia y el solo de guitarra. No hace falta decir mucho más. Están juntos, y eso basta.
Campirela_